EL HACHA Y LA VERDAD Juan Josè Bocaranda E
Para despertar la piedad y la nobleza
de un matarife descarado,
un pollo,
esponjado a punta de hormonas y jarabes,
dijo como quien dicta
una disposición testamentaria:
entrego mi vida tan honrada,
de pollo casto y virgen todavía,
al patíbulo cruel y despiadado,
por amor al hombre y la verdad.
Pero el matón,
con mirada y mandíbula torcidas,
muy lejos de mostrar piedad,
de un solo tajo certero y democrático
cercenó
aquel pescuezo noble y abnegado,
descargando aun más el peso
de su furia y saña
porque le había mencionado
la verdad.