DIME,SEÑOR, QUÈ ESTÀ OCURRIENDO...Juan Josè Bocaranda E

DIME,SEÑOR, QUÈ ESTÀ OCURRIENDO

Juan Josè Bocaranda E

Dime, Dios,
dime què ocurre.
¿Adònde va mi clamor?.
¿Se pierden por el camino
mis palabras?
¿Mis palabras salen en vano
de mi alma
o en mi alma quedan yertas y burladas
cuando te pido justicia,
que brindes cobijo al  débil,
que arranques el azote de la mano
sangrienta,
que selles los labios de la calumnia y la mentira,
que haya pan para el hambriento
y trigo nuevo en la mesa del pobre,
y consuelo para la viuda y los hijos sin amparo?
¿Tù me escuchas
o simulas no escucharme,
o me escuchas y guardas silencio
porque no tienes nada que decirme
o porque  estàs tan lejos

en infinitos infinitos años-luz,
gozando de tu gloria
que el eco de mis quejas no te alcanza,
o sì me respondes
pero el eco de tu voz
no  cabe en mis oidos
mortales y finitos?.
¿Què está ocurriendo,
Señor,
que no logro cuadrar
la interpretaciòn de tus silencios,
el alma de tus designios,

la intenciòn de tus planes ocultos,

con  la sangre inocente que absorbe la tierra,
con los gritos del hambre que exprime las almas,
con las lágrimas secas que ya no dan mas?.
Dime, Dios,
dime què ocurre.

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EL CREADOR. Juan Josè Bocaranda E

EL CREADOR

Juan Josè Bocarada E

Cuando la luz le bañò la frente,

como ducha de cascada tenue,

cuando la luz le inundò la sangre,

torrentes ambiguos de indeleble incendio,

cuando de extremo a extremo lo conmocionò la voz

de duro imperio,

no pudo màs.

Extendiò los brazos de cruz a cruces

y absorto, ensimismado en la locura,

sin muro, sin hierro, sin dogal ni freno,

salió a las calles,

y ante testigos yertos

como en naufragios ya presentidos,

sembrò la planta

 en la mira màs alta

de la ciudad dormida.

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ESTE POR QUÈ. Juan Josè Bocaranda E.

Desgarramiento

ESTE POR QUÈ

Juan Josè Bocaranda E

Este por què sin respuesta

como la profunda nada.

Este por què sin respuesta

que persiste y atormenta…

¿Por què

 cuando dos seres se aman

deben esperar el fin,

deben padecer la muerte?

¿Por què

un Dios tan poderoso,

tan poderoso y sapiente

no combinò sabiamente

la eternidad del amor

con la sed de quienes se aman?

¿Por què,

si tomados de la mano

van camino del amor,

deben sentir el dolor

y soportar la ruptura,

que les desgaja las almas

con un por què sin respuesta

como la profunda nada
que persiste y atormenta?

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CON TUS MANOS HUMILDES DE ALFARERO. Juan Josè Bocaranda E

CON TUS MANOS HUMILDES DE ALFARERO

Juan Josè Bocaranda E

                    A los trabajadores, hombres y mujeres,

                          forjadores de hogares

Con tus manos humildes de alfarero

construiste piedra a piedra nuestro hogar
y no se te olvidó dejar abierta una ventana

para que a tu esposa y a tus hijos

jamás faltase el canto de los pájaros,
pues además de alfarero

eras poeta de la vida,

de la casta de los poetas antiguos que labraban

sobre las piedras de los templos,

al pie de los dioses,

sus cantos más sentidos.

Sembraste árboles y flores e invitaste

el sol y las estrellas

para que alternaran el resplandor

de su alegría

sobre la frente del  hogar,

y brindaran calor  y luz a tu familia.

Porque además de alfarero,

eras poeta de la vida,

y sabías

que lo primordial para la vida de una familia

 es el amor. 

Con tus manos humildes de alfarero

construiste piedra a piedra
nuestro hogar

y acariciaste la arcilla

 con amor

como si acariciaras el cuerpo

 de una mujer

para dar formas hermosas

a las ánforas del  vino

que los dioses

 habrían de libar.

Con tus manos humildes de alfarero
construiste piedra a piedra
nuestro hogar.

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LA LLAMADA DE LOS CARCELEROS. Juan Josè Bocaranda E

LA LLAMADA DE LOS CARCELEROS
Juan Josè Bocaranda E

Los que  suponemos estar vivos y no profundamente 
 muertos
los que deambulamos por las calles de esta ilusión
que llaman vida
los que navegamos en esta quejumbrosa nave
que es prestada
no estamos en libertad
pero hacia ella vamos. 


Andamos
con una pequeña piedra entre los dedos
y todos los días nos acercamos al  muro
para tachar como prisioneros ansiosos
los  días de prisión que aún nos quedan
por andar
en estas calles de ilusión que llaman vida
en esta quejumbrosa nave que es prestada.
.
Y nos preguntamos
muy dentro de nosotros,
cuándo nos llamará por nuestro nombre el carcelero
una noche imprevista
una tarde cualquiera
una mañana sorpresiva.
Y nos preguntamos
muy dentro de nuestro propio silencio
cuándo escucharemos el chocar de las llaves
y el ruido del portón quejumbroso
y las botas de los guardias
que  vendrán al encuentro
                                  para  llevarnos fuera.                                    
Somos prisioneros.
Sólo estamos a la espera
del grito de llamada de los carceleros
y llevamos la cuenta
con una piedra entre los dedos
de los días de prisión que todavía  nos quedan.

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