ENTRE LAS CEJAS
Juan José
Bocaranda E
No nos fiemos de las apariencias.
El burro no las dice...pero las piensa...
Filósofos y
poetas
santones y
anacoretas
alaban con
gran frecuencia
la humildad
y la paciencia
del muy sumiso jumento,
pues no
protesta ni se queja
en ninguna
circunstancia
ni en los
peores momentos
tenga
hambre, tenga sed
y hasta
síntomas de eclampsia.
Pero es
porque los sabiondos
aunque
grande es su sapiencia
nunca
escuchan, nunca auscultan,
no perciben,
no barruntan
los tan
negros pensamientos
y las
mentadas de madre
que pasan
entre las cejas
de los
humildes jumentos.
Cuando alguien te mira con hostilidad pero no te dice
nada... quién sabe qué estará pensando de ti o en contra tuya el muy burro...
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