Rueda Libre

Asi como su título, en este espacio ofrece una vision miscelanea sobre diferentes topicos, a suerte de collage o resumen de todos mis blogs.

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lunes, 18 de enero de 2016

LOS JARDINES DE LA PAZ Juan Josè Bocaranda E






 
LOS JARDINES DE LA PAZ

Juan Josè Bocaranda E
 
Vamos a cavar entre los dos
una fosa
muy profunda,
muy profunda,
tan profunda, 
que casi lleguemos a tocarle la frontera
a las antípodas,
que casi logremos perforar el otro lado
                                                     de la esfera
                             que nada de lo que allí caiga pueda regresar,                                que todo lo que allí caiga
se disuelva
en las aguas corrosivas de la nada. 
 
 Cavemos entre tú y yo
una fosa
muy,
muy profunda,
y arrojemos en ella 
nuestra enemistad y sus motivos,
nuestra enemistad y sus recuerdos,
las rencillas, nuestros viejos reclamos,
las ofensas,
las tristezas,
y toda la carga de odio o de dolor. 
 
Arrojemos en las fauces de esa fosa voraz,
los cadáveres
de nuestra rabia y rencor,
todos los motivos de nuestra enemistad.
Que se disuelvan sus carnes,
que se desintegren sus huesos,
que no sobreviva
ni una partícula, 
que nada de lo disuelto en esa nada regrese,
que nada de lo que devore ese abismo retorne.

Arrojemos allí
los malos recuerdos,
la sombra de los hechos,
el eco de las palabras ofensivas. 


Cuando hayamos terminado de arrojar la ultima palada,
descansemos un rato, 
pero no tanto,
porque aún nos resta la tarea
de aplanar la tierra,
de abonarla,
de regarla
con el agua del amor y de la paz,
de acariciar sus terrones
para infundirles el calor de lo humano.
Y después
sembremos flores,
toda clase de flores,
las flores universales
y las flores regionales
y las flores locales,
flores de todos los colores.

Un jardín amplio, profundo y luminoso,
cuyos perfumes se extiendan por la tierra. 
Y después
debemos cumplir otra tarea:
predicar este ejemplo,
para que los demás seres humanos hagan
otro tanto,
para que cada quien tome su pala y se disponga
a cavar la fosa en compañía de su enemigo,
para arrojar juntos el cadáver 
de la ofensa,
del odio,
del rencor
y del hambre y de la sed de venganza.

Cuando cada quien haga otro tanto,
aquí,
allá
y más allá,
toda la tierra será un mar multicolor
de innúmeros jardines,
que juntos harán un solo jardín,
inmenso, perfumado,
pleno de luz,
pleno de pájaros y flores:
por allí se paseará la humanidad
y los llamarán los Jardines de la Paz.