NO REGRESAREMOS
NUNCA MÁS...
Juan José Bocaranda E
Frente a esta parcela del mar,
las palmeras dicen
hemos sido testigos de ceses y alejamientos infinitos
y de puntos finales que jamás regresarán.
Testigos
de las silenciosas despedidas de los barcos
que zarpan presintiendo naufragios
en aguas muy lejanas de este mar.
No regresarán.
Las palmeras de esta playa son testigos
de las tristes rupturas de los
novios
que desenlazan las manos para siempre
diciendo adiós al mar.
No regresarán.
Las palmeras de esta playa son testigos
de la fuga de las horas
que se alejan de la arena
galopando sobre el mar.
No regresarán.
Las palmeras de esta playa son testigos
de su propia decadencia
porque el viento, la arena,
el oleaje y los gusanos
ya minaron sus pies.
No regresarán.
Las palmeras de esta playa
dicen
con la voz de los barcos
que naufragan en aguas muy lejanas,
con el llanto de los novios
que se dan el adiós del para
siempre
nunca más,
con el silencio del tiempo
de indolentes espaldas,
con el agosto de sí mismas
a sabiendas de que muy pronto caerán,
las palmeras de esta playa
dicen
nada tan triste y decisivo
como el testimonio cierto de nuestra propio fin
y de nuestra propia e inevitable destrucción.
No regresaremos
nunca más
nunca más
nunca más
nunca más.