Rueda Libre

Asi como su título, en este espacio ofrece una vision miscelanea sobre diferentes topicos, a suerte de collage o resumen de todos mis blogs.

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Asi como su título, en este espacio ofrece una vision miscelanea sobre diferentes topicos, a suerte de collage o resumen de todos mis blogs.

sábado, 29 de agosto de 2015

EN EL FONDO DEL AGUA TURBIA Juan Josè Bocaranda E



EN EL FONDO DEL AGUA TURBIA
Juan Josè Bocaranda E
 

Envidia:
prepárate
 que hoy me levanté decidido
a buscarte
en el fondo del charco donde vives,
inmersa en los despojos de la carcoma,
de la enfermedad y de la muerte.

Me levanté firme contra tí.

He venido a picarte con mi lanza decidida.
Sé que no te puedo matar como quisiera,
alimaña que te multiplicas
y que aun en agonía entre hieles,
no mueres:
vivirás mientras viva el alma ruin
que te amamanta en corazón hirsuto.

Vine a buscarte,
ser improductivo,
inútil.

Allá te veo.
En el fondo del agua turbia te agazapas
y me miras con tu ojo
 verde,
 minúsculo
y ciclópeo.

No puedo matarte
 pero si decirte
antes de que te vayas más al fondo de tu pozo,
que no me vencerás,
que nunca me has vencido.

Siempre me has seguido a todas partes
anidas y te enroscas en el alma
de seres perfumados y enjundiosos
que centraron en mí sus dardos y malicia.

Te perdono la vida.
Sólo me limitaré
a pincharte ese ojo
 minúsculo,
 ciclópeo
y verde
por donde te alimentas
y expulsas tu excremento
que primero mata a quien
te da cobijo.

miércoles, 26 de agosto de 2015

ROSA VEINTE AÑOS DESPUÈS Juan Josè Bocaranda E



ROSA VEINTE AÑOS DESPUÈS
 Juan Josè Bocaranda E                                                                                  
 
¿Recuerdan a Rosa,
flor de la cayena,
que en la noche de nupcias
fue devuelta a la madre
porque el marido-bestia no la halló virgen?
Aquella Rosa triste
que cerró la ventana
del corazón y del alma
de una vez
para siempre?.
 
Veinte años después
pude verla de nuevo
ajada por el tiempo,
marchita de tristeza.
Un saludo muy breve,
de muy pocas palabras,
porque su hermano Andrés
la arrancó bruscamente.
La tenía secuestrada,
como hermana y mujer,
y era causa lejana
de la desgracia de ayer.
 
Cuando Rosa era rosa.
él la había violentado,
él la había esclavizado,
él la había destruido.
 
Cuando Andrés murió en aquella hacienda
remota,
Rosa siguió muriendo
aunque ya venía muerta
desde hacía muchos años,
con la marchitez triste
de la flor
de cayena.

domingo, 23 de agosto de 2015

ROSA. Juan Josè Bocaranda E




 
 ROSA
Juan Josè Bocaranda E 


Conocí a Rosa
cuando el lenguaje y yo
comenzábamos los primeros
encuentros.
 
Me fijé en ella
porque, como alguien dijera,
fui romántico “desde chiquito”
y ella, desde ya,
me parecía bonita.
 
Desde la puerta
de mi casa
la miraba
y me parecía que en verdad respondía
sabiamente al nombre,
y que al parecer se había propuesto
lucir
como una rosa roja,
con las mejillas rojas
y la sonrisa blanca,
compitiendo con la flor
de la cayena
que se colocaba de lado en  la cabeza
para que compitiera
a su vez
con los labios rojos
y la sonrisa blanca.
 
Ella tendría unos veinticinco años
yo sólo cinco
pero yo la miraba,
la miraba,
la miraba
y la admiraba.
 
Un día dejó de asomarse a la ventana.
Alguien la había pedido
en matrimonio.
Pero en la madrugada siguiente
a  la boda
fue devuelta a la madre,
entre gritos y escándalos
porque
la bestia no la había
encontrado virgen.
 
Rosa se fue marchitando
entre la vergüenza,
la soledad
y  la tristeza
y cerró para siempre la ventana
de su casa
y de su corazón.
Desde entonces
nunca olvido la flor de la cayena.