EL CRÁNEO DEL PENSADOR
Juan José Bocaranda E
A los poetas, escritores, filósofos y científicos que cultivan sólo para la Humanidad
El cráneo del pensador es un templo
donde arde el fuego del alma con fuego permanente.
Una tenue luz azul brilla entre las brasas
veladas por cenizas de erupciones volcánicas remotas.
Y esa minúscula luz azul
palidece
se reduce
se opaca
se oscurece
y al parecer se extingue
pero
de pronto
revienta como explosión de destellos ignotos
y los rayos
se abren
se desgajan
se agigantan
se desmenuzan
se expanden
se reúnen de nuevo
giran en contorsiones
nunca vistas
y revientan en fosforescencia de burbujas.
Y en aquel jardín aparentemente librado al abandono
se dan a florecer
flores de formas, colores y perfumes jóvenes
estructuras de líneas que ondulan con ondulaciones sorprendentes
arquitecturas que circunvolucionan hasta la bóveda insondable
siluetas fantasmales de sílice y arena
torres y almenas inmersas en el fondo del mar.
Creaciones por cuyo sistema fluye sangre nueva formando líneas
y meandros y deltas
hasta desembocar en el mar que les espera.
El cráneo del pensador
es un templo
donde arde el fuego del alma
con fuego permanente.
0 comentarios:
Publicar un comentario