CUAL SI YA TE AGUARDASE
Juan José Bocaranda E
Los dioses de la tarde ciñeron los senderos,
los dioses vegetales planearon el encuentro,
como si al borde mismo donde se abre la aurora,
los hilos del destino desde ya nos atasen.
La luz de ese milagro de esplendores azules
se intensifica y crece como madura el tiempo,
la luz de ese milagro eterniza el minuto
de nuestro inicio puro, inmarcesible y tierno.
Bien recuerdo esa tarde cuando yo te buscaba
presintiendo tu esencia cual si ya te aguardase.
Aún recuerdo el momento en que impulsos extraños
me llevaron silentes hacia tus aguas regias.
Como aves distantes recorrimos los vientos,
como aves al viento deshojamos follajes,
procurando algún árbol para anclar nuestro nido
y buscando algún nido para anclar nuestro sueño.
Cómo podría olvidar –pues el amor obliga-
las mañanas salobres de nuestros primeros días
ni la imagen tierna de tu silueta amable
marcando la ventana donde me despedías.
Una ancha mañana de luz anaranjada,
en el odre maduro de tu albumen nutricio,
comenzó a florecer como fruto en verano
el germen sideral de nuestro primer hijo.
En el minuto exacto se anudó nuestro encuentro,
en el preciso instante se cruzaron los vientos,
extendimos los brazos y tranzamos el pacto
que los dioses de arcilla nos habían prefijado.
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