“EXAGERADAMENTE PUNTUAL”
Yo no
sabía que causaba
tanto
mal llegar a tiempo.
Juan Josè Bocaranda E
Me invitaste a tu casa,
ubicada en “El Silencio”,
donde sólo no hacen ruido,
y eso pocas veces,
los fantasmas y los muertos.
A las dos de la tarde era la cita,
a las dos de la tarde tu puerta
se abrió,
y porque fui
“exageradamente puntual”,
me llamaste tonto,
me llamaste bruto,
me llamaste bobo,
y otras cosas más.
De inmediato,
ahí mismo,
en el minuto exacto,
decidí ser
de nuevo
exageradamente puntual
y te dije:
“hasta aquí llegó
la carreta. Ya nunca más”,
y “nuestro asunto” aborté,
cortándolo hacia los lados,
hacia adelante y hacia atrás.
No tenía, pues, objeto
conocer a tus papás.
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