LA LLAMADA DE LOS CARCELEROS Juan Josè Bocaranda E Los que suponemos estar vivos y no profundamente
muertos los que deambulamos por las calles de esta ilusión que llaman vida los que navegamos en esta quejumbrosa nave que es prestada no estamos en libertad pero hacia ella vamos. Andamos con una pequeña piedra entre los dedos y todos los días nos acercamos al muro para tachar como prisioneros ansiosos los días de prisión que aún nos quedan por andar en estas calles de ilusión que llaman vida en esta quejumbrosa nave que es prestada. . Y nos preguntamos muy dentro de nosotros, cuándo nos llamará por nuestro nombre el carcelero una noche imprevista una tarde cualquiera una mañana sorpresiva. Y nos preguntamos muy dentro de nuestro propio silencio cuándo escucharemos el chocar de las llaves y el ruido del portón quejumbroso y las botas de los guardias que vendrán al encuentro para llevarnos fuera. Somos prisioneros. Sólo estamos a la espera del grito de llamada de los carceleros y llevamos la cuenta con una piedra entre los dedos de los días de prisión que todavía nos quedan.
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