Noteolvido
SIN RENCORESJuan Josè Bocaranda E
Aquella triste mujer
que con andar macilento
cruza la plaza del pueblo
agobiada por el tiempo;
esa mujer cuya silueta dibuja
la figura de un escaño
de alguna plaza cualquiera;
esa cansada señora de rostro agrio
y huraño
y con el labio bordado
por un mostacho cosaco;
esa señora fue un día
hace tres quintales de años
una muchacha volátil
pretenciosa y despectiva
que se miraba al espejo
jurando ser una diva.
A tan alto se encumbró
en su presunta belleza
que soltera se quedó
para sólo servir mesas.
Ella me hizo sentir
maloliente como un trapo
ella me hizo percibir
en el corazón del alma
lacerante humillación
y el desprecio más sangriento
porque en esta misma plaza
en las ferias domingueras
ante inocente requiebro
que no debí perpetrar
me miro de abajo arriba
para medir mi pobreza
y me grito palabrotas
que no vomita cualquiera.
Hace mucho perdoné
hace mucho la olvidé
no me alegro de su estado
ya no le tengo rencor,
pero doy gracias Dios,
gritando con mucha fuerza
de qué horrible palo de agua
se salvaron mis chancletas.
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