miércoles, 30 de septiembre de 2015

VANIDADES(6) BAJO LA CAPA DE LA PIEL Juan Josè Bocaranda E





VANIDADES(6)
 BAJO LA CAPA DE LA PIEL 
Juan Josè Bocaranda E
 
Bajo la capa de la piel
el hombre es una sonrisa descarnada. 

Cuando yace en el féretro,
mientras deudos y amigos gimen,
 sonriendo por debajo de la piel,
y aparentan dolor y le llevan coronas
 y juran lamentar su marcha,
él,
tendido cómodamente en la cama de la urna,
les sonríe,
como diciendo
qué tontos son, no vale la pena. Si es que estoy muerto 
de la risa.
Y hasta me levantaría a bailar el hulahula,
si no fuera por la artritis
y el dolor de cintura.
 
Y cuando un cantante, un escritor, un poeta,
un científico eminente,
un filósofo lustroso o un profesor alambicado
y sabio,
toman la palabra en público,
creen que el público que aplaude su sapiencia,
aplaude las verdades que aparentan decir,
pero en realidad, bajo la piel,
las calaveras sonríen
con sonrisa macabra y permanente,
como diciendo,
a la hora de la verdad no son tan grandes verdades. 
Toma las cosas con humildad,
no seas tan serio.
 
Bajo la piel no hay artistas,  no hay actores, 
no hay actrices, no hay estrellas,
no puede haber actuaciones,
porque las calaveras son peladas, son lisas
y carecen de expresión y de facciones.
Por esta razón,
a las plateas de Hollywood no tiene acceso cualquiera,
a menos que se pinte de piel la calavera.
Tampoco tienen acceso los esqueletos
a menos que se disfracen como artistas 
de respeto.
 
En el teatro de la vida,
todos somos finos actores,
porque sobre la piel sabemos aparentar 
dolor, entusiasmo, alegría, horror, 
pena, sinsabor, amistad, sinceridad
 y otras ficciones,
mientras por debajo
del hipócrita pellejo,
para la calavera fría,
todo se reduce a una sola función,
 a un solo papel,
que es enseñar una sonrisa panorámica,
a veces bidente,
a veces totalmente desdentada,
a veces con un solo colmillo,
a veces sin incisivos
o con pocos molares,
pero sonrisa, en fin, franca, entusiasta y ancha 
aunque  puede que le falte la plancha.


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