martes, 18 de agosto de 2015

¡AH! ¡ESTE PESO! Juan Josè Bocaranda E







¡AH! ¡ESTE PESO!
                        A quienes deambulan sin rumbo, hogar,  ni meta
                                                                      por las calles.

Juan Josè Bocaranda E

Me detengo en la esquina
de una calle
y mi cabeza tiembla
como si este tallo débil que es mi cuello
ya no pudiera soportar
el peso infinito
que tan infinitamente
pesa.


Mis ojos sin ilusión
miran a todas partes
y a ninguna
pues los empañan la desesperación
y la tristeza.


Miro sin esperanza hacia todos
los puntos cardinales
sin que me alumbre ni me llame
ni una sola triste voz
ni una sola triste estrella.


Veo fantasmas
que parecieran ser personas,
que parecieran seres humanos,
que tal vez tienen huesos y carne
y sangre y, hasta quizás
un corazón,
pero que, en todo caso,
para este fantasma
sólo son fantasmas,
pues tampoco me ven y si me ven  nada les importo.
Les intereso
mucho menos
que aquel perro sarnoso,
tan sarnoso
 y perro como yo,
que se acerca a lamerme
las manos
para confirmar que sí,
después de todo,
soy un ser humano.

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