LOS DEDOS DEL FUTURO. Juan Josè Bocaranda E

LOS DEDOS DEL FUTURO

Juan Josè Bocaranda E

¡Qué erizado almohadón de agujas en la disolución del tiempo¡

¡Qué inoportuna abeja de mieles lacerantes

en el minuto de los vaticinios sin luz¡

Claraboya tan sólo de nubes y de sombras hacia caminos

que nuestros pies quisieran conocer y  el corazón sentir.

Efigie de piedra muda definitivamente ida en naufragios,

sibila de labios siempre sellados,

caja de ecos ausentes,

yermo de palabras abortadas.

Viene a mí con insistencia, cargado de urticantes agujas,

con sus abejas y sus hieles

con sus nubes de proyección inerte,

y me atormenta,

me atormenta

con su entraña impenetrable,

y me pregunta,

con su mundo de agujas infinitas,

por mi mujer,  por mí y por nuestros frutos,

y no sé qué responder,

no sé qué responder.

Tomo entonces mi ira y mi sombrero

y con airados sombrerazos trato de espantarle,

y sigue ahí,

ahí,

revoloteando en picadas y círculos,

y al fin se aleja a la sordina.

¡Y de súbito regresa¡

Pero otras alas le arrastran en el viento

y sus agujas punzan

menos amargas,

y su hiel se agita menos ponzoñosa,

y vuelve a mí

y me pregunta nuevamente,

y entonces sí sé qué responderle,

y las respuestas saltas solas,

en espontánea verdad se vienen solas:

así será, le digo, así será:

hervirán las ollas y todos comerán,

no más sonrisas humilladas y descalzas,

florecerán los árboles turgentes senos,

el mundo será una cesta que rebosa frutos,

y palpitarán alegres los colores

en el pecho

de todos los pueblos de la tierra.

He ahí la respuesta que tus dedos,

Futuro,

dejan escurrir en gotas de tiempo irremediablemente

presentido.

Y así te atrapo,

y me entrego a paladear tus mieles,

abeja del futuro universal

del hombre y de la tierra.